Dios y el sufrimiento

Muchos pensadores dicen que si Dios existe y es tan bueno  porqué el ser humano tiene pasar por el sufrimiento.
Estos pensadores presentan al sufrimiento como una desgracia o un castigo de un Dios cruel y despiadado hacia unas criaturas inocentes que no han hecho ningún daño. Inclusive muchos creyentes son apartados de la fe cuando tienen que pasar por las terribles angustias del sufrimiento, cuando no encuentran explicación lógica. Otros piensan que esto es un misterio que nadie lo puede comprender. Nos atreveríamos a decir que  todos estos grupos tienen razón si se mira desde el punto de vista que cada uno lo mira.
Todo está en la forma de interpretar las cosas, es decir del punto de vista de cada individuo. Y como somos muy variados en nuestros puntos de vista existen muchas interpretaciones a un mismo hecho. Un ejemplo práctico puede ser la erupción de un volcán. Para algunos es una desgracia sin precedentes, algo muy catastrófico que llena de tragedia y desolación. Para otros no es tan catastrófico y más bien un espectáculo digno de verlo de cerca, tanto así que se desplazan al lugar para tomar fotografías y hacer grabaciones de vídeo. Y se acercan tanto que las autoridades tienen que cercar el lugar para no permitir la entrada a los sitios colindantes.
Lo cierto es que el mundo contemporáneo ignora las enseñanzas de Jesucristo. Una de ellas es que nos ha advertido para que no nos sorprendamos. Entre las varias partes donde se enseña sobre el sufrimiento es digna de recordar  aquella que dice:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16: 33.
En ninguna parte de las enseñanzas se entiende que Jesús vino a eliminar el sufrimiento. Mas lo que se entiende es, que los que creemos en Cristo podemos tener paz en medio del sufrimiento, por eso dice “para que tengáis paz en mí.” ¿Imposible? ¡Sí! Para quien no tiene fe en Dios. Porque la fe no es lógica. Cuando el ser humano está lleno de fe en Dios, está lleno de la presencia de Jesús. Y esa presencia de Jesús hace que el sufrimiento no sea el protagonista en su vida. Y aunque esté pasando por el valle de sombra de muerte no tenga miedo, porque tiene la esperanza de que al paso del tiempo encontrará la respuesta y comprenderá de qué manera esas cosas que han pasado le han ayudado a bien. (Romanos  8:28)
Si nosotros como seres humanos no hemos cometido errores que vayan en contra de la voluntad de Dios, o no nos hemos metido por nuestra propia voluntad en problemas,  y nos toca pasar por el sufrimiento. Podemos decir que nos hallamos en una prueba del Señor. Entonces debemos recordar que mediante la prueba aprenderemos a conocer nuestra debilidad y la fidelidad de Dios y que una fe puesta a prueba dará como resultado una fe fortalecida.
Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que no os falte cosa alguna. (Santiago 1:3-4)
Pero si nosotros mismos hemos caído en errores que van en contra de la voluntad de Dios, o nos hemos metido en problemas, como dice el refrán: “en camisa de once varas” ¿Por qué culpar a Dios de nuestros problemas y sufrimientos? Entonces en medio del sufrimiento deberíamos acercarnos a Dios  para pedir su perdón y su misericordia, en vez de blasfemar. Recordando que Dios es amplio en perdonar, aún cuando el ser humano se haya constituido en enemigo de Dios. No importa lo que hayamos hecho ni la situación en que nos encontremos. Si invocamos al Señor en medio de nuestra angustia, si lo hacemos con un corazón arrepentido. Él escuchará desde los cielos y llenará de paz al alma afligida.
“No des patadas contra la colmena si quieres sacar la miel”    Dale Carnegie.

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